el proyecto
Turi kunza
Un proyecto que rescata los saberes y tradiciones de la cultura Lickanantay
La abuela Isidora Ayavire era una reconocida alfarera y yerbatera. Un alma inquieta que desbordada conocimiento y amor por su tierra. Crecida en las tierras altas del desierto, entre los pequeños poblados de Turi y Ayquina, tuvo una vida aislada de las urbes y los avances tecnológicos de la época , creció más
cercana a las fronteras y realidades bolivianas que al resto de Chile. Caminaba y se movía ente los pueblos con llamas y burros, surtiendo a través del trueque a las familias de otros poblados de sus cerámicas y yerbas del altiplano que ella recolectaba. También sembraba habas, maíz, quinoa y papas junto a su esposo e hijos, gracias al famoso sistema de terrazas y riego por canales, en
las alturas de Toconce, un poblado que hoy alberga a menos de cien habitantes.
Doña Isidora, o como era conocida por sus hijos y nietos, la mami Isidora, Migró hacia San Pedro de Atacama por la escasez hídrica de su pueblo natal. Ya en San Pedro, trabajó la cerámica hasta su vejez usando los métodos tradicionales de la cultura atacameña, con herramientas simples como piedras, palos y huesos hasta abrazar, en sus últimos días de ceramista, los métodos más contemporáneos.
Esta maravillosa mujer es la abuela materna de Gonzalo Cruz, quien dejó esta tierra, casi ciega, casi sorda y con dolores en sus huesos en 2018.
Como familia, queremos rescatar su memoria y legado manteniendo viva su tradición alfarera y los saberes de la naturaleza que ella recibió de sus antepasados.
De Generación en Generación
Somos una familia vinculada al turismo y como tal, presentamos esta experiencia como un proyecto
de rescate del patrimonio cultural lickanantay a través del turismo indígena. ¡Sin duda, una excelente manera de desarrollar turismo sostenible en el desierto!
Esta es la historia familiar y cultural de Gonzalo Cruz Berna, hijo de Patricia Berna Ayavire y nieto de Isidora Ayavire Salvatierra, quien es hoy un atacameño a quién le tocó vivir su infancia en San Pedro de
Atacama ayudando a su abuela en los quehaceres diarios y, de esta forma, recibió de manera vivencial los saberes y el conocimiento cultural que ha trascendido generaciones.
Hoy a través de esta completa experiencia de intercambio cultural
podemos juntos perpetrar, continuar y difundir el patrimonio cultural
Lickanantay con el que fue bañado cuando niño, y a su vez, honrar la memoria de
su maestra y abuela, La Mami Isidora.