La cultura atacameña
lickanantay

frutos del chañar tipicos del desierto de atacama, adelante una vasija tipica de la cultura atacameña

Lickanantay, la etnia atacameña

Cuando piensas en los Andes Centrales, imaginas al pueblo Aymara o al pueblo Quechua,
pero el Lickanantay (atacameño) es diferente. El nombre “atacameño”, con que se conoce a esta etnia, fue dado por los españoles, y fue acuñado en el siglo XVI, sin embargo, en kunza, su lengua originaria, se auto denominan como lickanantay, que significa: “los habitantes del territorio”

mapa del norte de chile donde muestra la localidad de san pedro de atacama

La cultura atacameña y su historia

El atacameño desciende de diversos grupos nómades que se ambientaron alrededor del altiplano de Atacama atraídos por las posibilidades de caza y recolección hace más de 10.000 años. Ellos no solo lograron sobrevivir en la hostilidad del desierto, si no que, con el paso del tiempo lograron conocerlo en profundidad, generando experiencia y sabiduría vinculada a la naturaleza que traspasaron de generación en generación a través de la tradición oral.

Conocieron cada planta y animal, sus virtudes y propiedades, los tiempos de floración de
las yerbas y de cosecha de los árboles. El tiempo de la lluvia, los rayos y truenos; y el tiempo del frío y la escasez. Dieron múltiples usos a cada recurso, valorando en gran manera cuando lograron generar sus propios recursos gracias al cultivo de la tierra y la cría de camélidos.

Como ves, no existe conocimiento documentado en la antigüedad de este maravilloso y
sacrificado pueblo desértico, si no hasta el arribo de los conquistadores
españoles, quienes en sus crónicas describían la naturaleza y tradición de este
pueblo desde una mirada foránea.

La tradición oral, varía de familia en familia y de pueblo en pueblo, respetando la geografía y la dinámica de cada caso particular, sin embargo, existe aún hoy, una cosmovisión del mundo y del universo que comparten todas las culturas de los Andes Centrales, una mirada común que narra de la valoración de la Tierra como una madre para los seres vivientes, quien merece de la humanidad toda clase de muestras de afecto, ofrendas, agradecimiento, retribución y solicitud de permisos. Este concepto maternal fue fusionado con el catolicismo en la época de ocupación española, dando lugar a un sincretismo de ambas culturas presente hasta hoy.

yerbas tipicas del desierto sobre una vasija de barro atacameña

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